Bienvenido Septiembre

De Septiembre, como de uno mismo, no se puede escapar. Cada año vuelve con sus reproches y sus mentiras, sus planes por cumplir y sus sueños recurrentes. Septiembre, como siempre, viene con preguntas que no sabemos o no queremos contestar. Viene con miedos que huelen a cerrado como la ropa que sacan en otoño de los armarios. Es hora de airear los escondrijos de nuestra psique. Se acabó el verano, con él ese sabor a sal que se concentra, de manera deliciosa, en esa sutil área que va desde la nuca hasta la parte trasera de las orejas de ciertas mujeres. No quedan justificaciones para el letargo, las olas se llevaron nuestras excusas, la lluvia trae consigo la dura realidad en oficinas de 9 a 5. No nos acordamos ya de los libros que leímos en trenes, playas y aeropuertos. Los romances que nunca llegaron o los que se acabaron antes de empezar. La euforia de las noches de verano, el frio reparador de las madrugadas en vela, la conversaciones interminables que acompañaron atardeceres de postales; todo eso son ya borrosos recuerdos de los cuales, con suerte, solo algunos perdurarán.

¿Y ahora que? Me quedan reflexiones que quiero diseccionar y plasmar en éste mi recóndito retiro de internet. Me quedan certezas que debo convertir en lecciones para no olvidar. Este blog que acabo de abrir y esa mentira que quiero dejar de escuchar. Me queda una sensación de cansancio, de volver a empezar que solo se combate levantándose cada día.

Quizá lo que llamamos reproches no son mas que buenas intenciones perdidas entre la pereza.

Mañana es lunes, empieza Septiembre y me gustaría decirle algo: “Bienvenido Septiembre, te estaba esperando. “

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