Instrucciones para un cumpleaños…feliz

Sábanas limpias y dos copas siempre. Si ella está por ella, sino por su ausencia. Alguien a quien echar de menos, alguien a quien admirar y alguien por quien temer. Sino ¿para qué estamos vivos?

Llevar camisa, siempre, pasa lo que pase, tengas los años que tengas. A ser posible evita llevar los  pantalones puestos,  solo calzoncillos bóxer azules y nada más.  Nunca pijama. Al devenir se le espera bien vestido de cintura para arriba. Eso no es discutible, en ningún caso.

Botella de vino, las más cara a mano, vela encendida en el centro de la mesa y dos copas. Dos copas siempre, ya lo había dicho pero es que esto no es negociable. De fondo suena Queen –me temo que tampoco hay aquí mucha alternativa– pero solo las lentas: Love Of My Life, Is This The World We Created, I Was Born To Love You, Too Much Love Will Kill You and so on.

A las 00:00 debe sonar “I love You For Sentimental Reasons” de Nat King Cole, porque el jazz es lo único del mundo que nos hace sentir verdaderamente viejos. Y entonces te levantas, brindas al vacío y lees esto en voz alta:

Baila, porque nunca sabes si el año que viene lo podrás volver hacer.

Asume, asume que ya no te llamará nadie las 00:00.

Bebe, sin razón, sin porqués y sin arrepentimientos.

Teme, pero menos, huye de eslóganes, busca tu verdad y no te conformes con menos que encontrarla.

Encuentra algo que te apasione y dedica todos tus esfuerzos a conseguirlo. Sin peros, sin “es ques”

Enamórate, de una mujer, de una idea o de una actitud. Y no solo hoy, sino todos los santos días.

Besa, a ella, a su ausencia o la noche, pero besa. Los labios y los corazones se oxidan de no usarlos.  

Pon encima de tu mesa un libro, en la mesilla una libreta y en el espejo un post it con aquello que no te atreves a decirte.

Escribe, porque de una manera u otra significa que estás vivo, porque algo –en alguna parte sigue valiendo la pena

Envía ese mail, no borres ese SMS y toma ese riesgo que antes o después tenias que dejar de postergar.

Identifica un lugar al que volver, un sitio del que no marcharse. Una excusa para quedarse y una razón –o varias– para no mandarlo todo a la mierda.

Atesora un pasado que te haga sonreír, celebra un presente que dé vértigo, disipa el futuro que cuanto más incierto…mejor.

Piensa en esa chica, rememora aquel instante,  acaricia todas tus cicatrices.

Simplifica, al final todo se reduce a tener amigos que no puedan ofenderte y mujeres que no quieras olvidar.

Reúne, recita, y créete todas y cada una de estas cosas y, pase lo que pase, tendrás un cumpleaños feliz.

¡Feliz cumpleaños!

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